En los espacios de reflexión y trabajo que han creado las organizaciones de la sociedad civil (OSC), pocas veces se aborda a profundidad el tema de la gobernanza de esas instituciones. Si bien se reconoce su importancia, normalmente queda debajo de la procuración de fondos o la difusión de sus causas.

En imagen una ilustración en acuarela de diversos colores y cuatro personas dialigando y el texto gobernanza en las organizaciones de la sociedad civil

En realidad, deberíamos prestarle más atención. El profesionalismo y la transparencia son fundamentales en el trabajo de las OSC, y ambas parten de contar con esquema de gobernanza sólido, comprometido e institucionalizado que guíe, de manera eficaz y eficiente, a la institución. De hecho, la transparencia y la fortaleza de la gobernanza son, en muchas ocasiones, lo que facilita la obtención de recursos para apoyar la causa.

Es importante señalar que la gobernanza poco tiene que ver con el tamaño de la institución. En las OSC de reciente creación, el tránsito de las decisiones de la persona que la promovió hacia una dirección a cargo de un consejo o patronato, o cualquier órgano colegiado que se decida instrumentar es el mejor camino para su institucionalización. Lo que se busca, en esa etapa, es despersonalizar las decisiones que guían su trabajo.

Una adecuada gobernanza, basada en órganos colegiados, que respondan a la realidad y a las características de cada institución, le va a permitir a ésta definir mejor su propósito, su campo de acción y su modelo de intervención; y se vuelve un factor determinante para generar confianza y acceder a fuentes de recursos diversas.

El trabajo de quienes integran los concejos o patronatos debe ser pro bono, y deben ser personas que tengan interés y conocimiento de la causa de la institución; además de que tengan capacidades específicas que les permitan apuntalar la estructura de gobierno.

Creo que la experiencia del sector privado en temas de gobernanza y organización puede ser una gran aportación de éste al sector social. Como empresario, estoy convencido de que las empresas socialmente responsables deberían pedir a sus directivos que colaboren en los órganos de gobierno de las OSC como parte de su compromiso con el bien público.

Por otro lado, mi experiencia como miembro de numerosos órganos de gobierno colegiados, a lo largo de mi vida, me hace pensar que las organizaciones de la sociedad civil que atienden una misma causa o que comparten un cierto sector, como puede ser la salud o la educación, deberían evaluar la posibilidad de compartir conejeros o patronos, además de compartir sus mejores prácticas en temas de gobernanza.

No hay aquí un tema de competencia por los posibles donantes ni hay conflicto de interés, el objetivo es que la mayor parte del tiempo y de los recursos se destinen a las causas y no a la administración. En muchas ocasiones, a los ejecutivos de las organizaciones les cuesta trabajo recibir un “no” de parte del órgano colegiado, pero éste debe tomar decisiones y comunicarlas de manera institucional, no personal.

La idea que quiero dejarles al final de esta reflexión es que la gobernanza, ejercida de la manera adecuada, y más allá de su natural función de cuidar los recursos de la organización y ejercerlos con transparencia, le permite enfocarse en su causa, priorizar sus proyectos y concentrar sus esfuerzos, evitando la dispersión en todos sentidos. En resumen, despersonalizar las decisiones es fundamental y esto permite a las enfocarse y alcanzar su misión.


Jorge Aguilar Valenzuela

Presidente del Consejo Directivo de Cemefi


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