El 16 de abril en Casa Cemefi
Como parte de las actividades culturales del Encuentro Iberoamericano de la Sociedad Civil, y teniendo como sede Casa Cemefi, el 16 de abril el escritor mexicano Juan Villoro presentó su último libro, La figura del mundo, en el que relata algunos pasajes memoriosos en torno a su padre, el pensador mexicano-catalán, Luis Villoro.
La presentación estuvo conducida por la comunicadora Gabriela Warkentin, quien integró a la conversación a los propios asistentes del Encuentro en un diálogo cercano con el escritor, que reveló cómo fue descubriendo a su padre -aún después de fallecido- mientras escribía la obra.
“La escritura es un proceso de autoconocimiento y también de conocimiento de los demás”, aseguró. Al ser mi padre una figura pública -el escritor Luis Villoro- cuando falleció muchas personas se me acercaban para contarme algún detalle de su personalidad o alguna anécdota que vivieron con él. Eso me permitió descubrirlo en otras facetas que yo desconocía”, relató. “Lo que ocurre es que nos falta atrevernos a mirar al que ya se fue para poder mirarnos a nosotros mismos”, apuntó Gabriela Warkentin.
Juan Villoro también habló de los desafíos que enfrenta la humanidad en estos tiempos. Falta el pensamiento complejo. Ahora es binario, parece que no hay puntos medios, o eres blanco o eres negro, el pensamiento es polarizante y simplificador. En cambio, el pensamiento complejo está lleno de matices, de enmiendas, de superposiciones. El cociente intelectual está muriendo, las máquinas van creciendo en inteligencia mientras que la inteligencia humana ha ido decreciendo.
A una pregunta del público sobre cómo promover el hábito de la lectura en los niños, el escritor respondió que la mejor forma es estableciendo una vinculación afectiva, como puede ser leer en familia, recitar cuentos a los niños antes de ir a dormir, hacer de la lectura y de la compra de libros toda una experiencia emotiva y vinculada a la vida familiar. Hay que recordar que los cuentos suelen comenzar con la frase “había una vez…” mientras que el gusto por la lectura ocurre de manera similar, podemos evocar nuestra niñez recordando que “había una voz…” vinculada a los libros.
Invitando a los asistentes a descubrir La figura del mundo, dijo que uno de los aspectos más ricos de la literatura es la posibilidad de sentirse identificado con un personaje que se encuentra en una circunstancia muy distinta a la propia, en un país o en una época muy diferente a la que se vive. “La literatura es el arte de la diversidad, donde milagrosamente logramos universalizar lo particular”, concluyó.