El cambio sistémico es posible con la Teoría U
“Necesitamos educación para el fortalecimiento humano, no tenemos que educar robots de segunda generación, sino humanos de primera calidad”: Otto Scharmer.
Otto Scharmer, profesor e investigador del Massachusetts Institute of Technology (MIT), presentó la Teoría U y su aplicación para impulsar cambios sociales durante el evento Emerge México, realizado el 9 de abril en Casa Cemefi, en la Ciudad de México.
En los últimos diez años se ha visto una caída de la democracia y un crecimiento de la autocracia. Estamos viendo las rajaduras de un sistema que de muchas maneras está comenzando a colapsar. “Los medios, universidades, organismos impartidores de justicia y sociedad civil…todo eso que es independiente, los espacios donde ocurre el pensamiento, está siendo atacado”, dijo.
Pero la historia siempre es un proceso dialéctico, entonces no hay que subestimar nuestro activismo (el que hace la sociedad civil) de abajo hacia arriba. “El fortalecimiento de nuestras conexiones es lo que permite democratizar el acceso a esos espacios, lo que se pone en medio, el lugar donde uno habla, donde uno puede conversar, ahí es donde se gesta el desarrollo y es lo que nos ha permitido avanzar.

A finales de 1920, el activismo de Martin Luther King tuvo eco gracias a las corrientes de pensamiento que se estaban desarrollando en Norteamérica y los países nórdicos. Surgieron activistas que lo apoyaron gracias a estos procesos de reflexión que había en varios países. “Pero se necesita experiencia y un marco de conocimiento. Es lo que está pasando ahora, porque la situación actual no va a ser resuelta por una sola persona, todos vamos a ser necesarios”.
Sin embargo, hoy en día el problema “no es que sepamos poco, sabemos lo que está roto, sabemos la solución en la mayoría de las cosas, pero no lo estamos implementando, hay una brecha del saber colectivo y el quehacer colectivo. Y no se puede solucionar la brecha con más conocimiento, no es una buena estrategia” agregó.
Se requiere un pensamiento sistémico, un marco que haga sentido en cómo nos comunicamos, en cómo aplicamos la investigación, porque esto permite llevarlo a escala y comprender lo que estamos haciendo, permitir que tengamos intención. “Hay una abundancia de intención positiva en todo el mundo, sin embargo, hay incapacidad de catalizar esta abundancia en la capacidad de actuar”.

En este aspecto, recordó un principio basado en la ciencia “cuando el sistema está tan lejos del equilibrio, pequeñas partículas de coherencia son capaces de elevar el sistema hacia un lugar más alto”. Los sistemas de cambio basados en la conciencia ocurren así, porque no es posible cambiar un sistema sin transformar la conciencia, el pensamiento de las personas que están ahí.
Solo se puede cambiar el sistema logrando que este se vea a sí mismo, aquello que no quiere ver…y aquí el rol de la sociedad civil, ¿cuáles son los puntos ciegos en lo que rediseñamos? Es fundamental observar, observar y observar la situación a la que nos estamos enfrentando. Además, hay que “conectarse con el futuro emergente”, (no es solo desear, no se trata de pensar en lo que se quiere que ocurra, es una capacidad de percibir lo que está disponible), y para ello se requiere escuchar con atención a los otros, sentirlos, hasta propiciar una intención conjunta. De este modo, la Teoría U profundiza en el potencial de cambio que tiene los procesos de atención, intención y capacidad de actuar; para activar la acción colectiva.
La teoría es una metodología que contribuye a detonar la intención interna de liderazgo, el de cada persona, para llevarlo a la acción. Porque “el éxito de una intervención depende del estado interno del interventor”, como decía Bill O’Brien. Este es el punto clave, mejorar la calidad de la conciencia y de las relaciones que establece cada persona con las otras; y para ello, se propone un enfoque disruptivo de conexión entre los seres humanos: a través de los límites de cada uno. “Es una arquitectura de concesión”, aseguró el académico.

“La conciencia ecosistémica en una conciencia que se origina más allá de los límites de un sistema”. Requiere empatía y curiosidad, y la capacidad de dejar ir creencias, ideas que nos sirvieron en el pasado, pero que ya no nos sirven más. “Necesitamos educación para el fortalecimiento humano, no tenemos que educar robots de segunda generación, sino humanos de primera calidad”; sentenció Otto Scharmer.
El futuro del liderazgo sistémico está en enfocar la atención hacia “los suelos sociales” (las semillas de la conciencia que están en todas partes) y para ello, el trabajo como sociedad civil estaría en crear esas “islas de coherencia”. “Lo que se requiere es que nosotros como agentes de cambio, fortalezcamos a las personas, nos fortalezcamos a nosotros mismos y fortalezcamos en otro la capacidad de integrar un sistema”, concluyó.
- Escuchar lo que se sabe, lo que se recuerda.
- Escucha de hechos. Escucha fáctica. Estar conectado con lo que pasa, ampliación del marco propio, hay datos que se revelan.
- Escucha empática con otras personas.
- Conectar con lo que está a punto de emerger, lo que no está todavía ahí y “sostener el espacio para ello”, para que se eleve la conversación de la inteligencia colectiva. En este aspecto, la condición interna de cada persona es crítica para lograrlo.
Este evento fue coorganizado por Presencing Institute, Promotora Social México, La Vaca Independiente, Nacional Monte de Piedad, Fundación FEMSA, el Centro de fortalecimiento de la sociedad civil, FortaEvalúa y Cemefi. Luego de la conferencia del creador de la Teoría U, la centena de personas que asistieron a Casa Cemefi participaron en un ejercicio de activación de liderazgo ecosistémico, con Otto Scharmer.
Te compartimos la grabación de “Emerge México”