El 4 de marzo se llevó a cabo en Casa Cemefi la presentación del libro Construcción de Comunidades religiosas seguras, un texto del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc) para contribuir a prevenir y detectar cualquier tipo de abuso a niñez, adultos mayores y personas con discapacidad.

El libro presenta cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México se ubica en el primer puesto de los países con mayor número de casos de abuso infantil, entre las naciones que forman parte de esta institución. En total, una de cada cuatro niñas mexicanas ha sido víctima de algún episodio de abuso sexual a temprana edad, mientras que en el caso de los niños, la cifra se ubica en uno de cada seis.

Durante la presentación, Ricardo Bucio Mújica, presidente ejecutivo de Cemefi, señaló que “cuando hablamos de violencias hacia niñas, niños y adolescentes, vemos que hay un claro sesgo de género. El 94% de las agresiones sexuales son contra mujeres. Y más del 90 por ciento de las agresiones psicológicas y de violencia económica, es contra mujeres. Entonces hablar de derechos de niñas, niños y adolescentes implica hablar de cuidados, de cómo hacer de cada lugar un espacio de protección. Caminar hacia comunidades religiosas seguras implica un proceso no solo de reconocimiento de la problemática, implica también la reformulación de los cimientos de las comunidades para que los abusos no se repitan, no se sigan repitiendo” añadió.

Raquel Pastor Escobar, académica, experta en Derechos de Infancia y Adolescencia; comentó uno de los principales factores que en el pasado propiciaron los abusos. “Hubo una legislación que protegía a la jerarquía católica”. Y por cuidarla -incluyendo a los abusadores- se despreció a la niñez, no hubo espacio para considerar la destrucción que se generaba en niñas y niños. “Había una postura clerical, patriarcal y adultocéntrica”, por lo que urgió a reivindicar la dignidad y los derechos de niñas y niños.

Y al hablar sobre la pertinencia de la publicación, dijo que va dando respuesta a algunas de las recomendaciones que hizo al Vaticano el Comité de los Derechos del Niño, siendo una de ellas, la implementación de protocolos para prevenir y denunciar abusos en cualquier espacio religioso.

Por su parte, Karen Castillo Mayagoitia, directora del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana, advirtió que “cuidar no es algo natural, tenemos que aprender”, y desde la afectividad, no desde el miedo. “En los espacios de cuidado no asumamos que tenemos las herramientas para cuidar, tenemos que aprender a relacionarnos”.

Al respecto, el autor del libro, Dan González-Ortega, dijo que el manual trasciende sus propias fronteras, es suficiente amigable para servir como un insumo para la formación de personas que trabajamos con personas, en escuelas y otras organizaciones, no solo religiosas. El objetivo del libro, escrito como un manual, ofrece la posibilidad de manejar relaciones seguras en distintos contextos. Es un texto práctico, un conjunto de pistas, reglas concretas para tratar a las personas, para hacer de reuniones y hasta confesiones, un espacio seguro.

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