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Historia de éxito de IXIM. Testimonio de Jerónima Guzmán Gutiérrez.

Vivo en San Jerónimo Tulijá, Municipio de Chilón, Chiapas. Llevo cuatros años que entré a IXIM. Tiene un año que iniciamos el ahorro en el grupo de IXIM.

Participé en el grupo de ahorro después de reflexionarlo mucho. Nos explicaron que el dinero se acaba rápido, eso me quedé pensando, y así fue que me animé a empezar a juntar mi dinero.

El cambio que yo veo es que ahora juntamos nuestro dinero varias mujeres y ya tenemos algo de dinero entre todas.

Ahora los niños ya están juntando también, pero hay que enseñarles para que se formen en el hábito de ahorrar.

Antes no ahorraba nada, aunque hubiera dinero. Pasa que los niños luego piden dinero para ir a la tienda, pero ahora ya no, ya no piden mucho los niños. Así nuestra vida.

Yo creo que esto sí ha traído cambios en la comunidad porque nos ayudamos mutuamente. Las integrantes del grupo que tenían algún problema, se les prestaba el dinero y eso es una ayuda. Incluso algunas personas de la comunidad que tienen familiares en el grupo, pidieron préstamos.

Hubo una persona de San José que vino porque supo que había dinero. Tenía un problema y vino a pedir un préstamo, pero ya no se le pudo dar porque ya habíamos cerrado el ciclo anual y era hora de hacer cuentas y repartir lo de cada una. Me dijo que iba a dejar como garantía la factura de su coche o una escritura de un terreno, por si no lo podía pagar. Nos estaba pidiendo diez mil pesos, pero ya no lo pudimos ayudar porque ya nos tocaba repartir el dinero.

Ahorrar me ayudó porque junté mi dinero, ya junté algo. Hay cosas que no tenemos, y lo que en verdad se necesita, es lo que vamos a comprar. Por ejemplo, se descompuso mi refrigerador y con esto lo voy a mandar a arreglar, y también voy a comprar un cerdito. Eso es lo que me fortalece, porque así podemos seguir trabajando. Sí nos ayuda lo que se está haciendo.

He pensado en darle mantenimiento a las ecotecnologías que instalaron en mi casa hace meses, cuando haya dinero. También por eso es que voy a seguir en el grupo, para eso estoy ahorrando. No estamos ahorrando para algo que no es necesario, solo para un rato y se acaba. Lo que se está haciendo es para algo duradero que se ocupa con los niños y niñas, eso es lo que vamos a comprar. Si se descompone el filtro, el comal u otras cosas, poco a poco con eso se va a comprar.

El aprendizaje que yo me llevo del grupo de ahorro es prepararnos, organizarnos en la casa cuando se está ahorrando algo de dinero, eso es mi aprendizaje, para que así le compartas a tus hijos e hijas, a tus vecinas o vecinos para animarlos, para que piensen si es que se animan a entrar también. Nosotras, las que estamos en el grupo, cuidamos nuestras cosas y cuando llega una visita a la casa, luego pregunta ¿dónde conseguiste esto? ¿dónde lo compraste? ¿cómo fue? y entonces ya le vamos a poder decir que esto ya es de nosotras, porque nosotras lo compramos. ¿Cómo le hiciste?,  Van a preguntar, pues porque juntamos nuestro dinero, salió de nuestro ahorro.

Yo me había propuesto de meta de ahorro seis mil pesos. Dije,  “a lo mejor lo logro”, y pues llegué a los siete mil.

Siento que mi vida se ha fortalecido, porque nunca había visto esa cantidad de dinero y también le agradezco a Dios, que con su ayuda lo pude lograr. Me siento bien por eso y también las mujeres que no tenían dinero, ahora también se sienten bien. De por sí no hay dinero, y si no hubiéramos ahorrado este dinero, jamás hubiéramos podido juntar seis mil o siete mil pesos o nueve mil, nada. Pero aquí nos impulsaron, nos dijeron “si consigues unos mil pesos, quinientos o doscientos, ya con eso te vas a la tienda, pero es solo por un rato y se acaba”. Pero esto no, gracias a Dios.  Está bien lo que estamos haciendo, pero necesitamos echarle ganas, que no nos desanimemos, aunque es complicado, pero tenemos que ver cómo lo hacemos.

Sí me gustaría continuar participando en el grupo de ahorro, hasta donde pueda, porque ya lo viví y me gustó. Así como dije, voy a mandar a arreglar mi refrigerador, voy a comprar un cerdito y eso me gusta. No es lo mismo comprar por kilo la carne de cerdo y comer con mis nietos. Por eso lo que quiero es comprarme un cerdito para después comer junto con mis hijos e hijas, no solo es para mí; sino para compartir esa comida con mis hijos, eso es lo que me fortalece el corazón.

¿Qué hacen las OSC? Conoce más historias de éxito de organizaciones de la sociedad civil en el siguiente enlace. Envía tus historias de éxito a alejandra.gonzalez@cemefi.org para que sean publicadas en este espacio y en las redes sociales de Cemefi.

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