Historia de éxito de Adrián Domínguez, atleta de Special Olympics


Soy Adrián Domínguez Sandoval. Nací en Ensenada, Baja California, México. Cuando tenía 15 años me uní a Special Olympics. Antes de entrar a la organización tenía problemas para hacer amigos y relacionarme con las personas, no sentía confianza en mí mismo ni confiaba en los demás, me frustraba fácilmente.

Ahora mi vida ha cambiado mucho: tengo varios amigos de todas partes del mundo; soy muy sociable, seguro de mí mismo, extrovertido, confío más en lo que puedo lograr; si fallo lo intento hasta conseguir mis metas, soy feliz y realizo más actividades que antes.

Me gusta la música, y sueño con tocar en una banda de rock. Mi pasatiempo es tocar la guitarra y la batería. A veces me reúno con mis amigos músicos para tocar juntos los ritmos que más nos gustan. Este año terminé la preparatoria y deseo seguir estudiando la universidad, la carrera de Música.

Mi lema: “Las medallas no se ganan en las competencias, se ganan en el entrenamiento.”

Me acuerdo que inicié en el deporte por rehabilitación física, pues tenía severos problemas de psicomotricidad. Gracias a mi entrenador empecé a participar en competencias de Special Olympics, con muy buenos resultados; y a participar en diferentes eventos deportivos dentro de la organización a escala mundial.

He ganado medallas en Juegos Mundiales como:

Mundial de Verano de Special Olympics, Atenas, Grecia 2011. Participé en natación y gané medallas de oro y plata.

I Mundial de Natación de Special Olympics, San Juan, Puerto Rico 2012. Participé en natación y gané medalla de plata.

Mundial de Invierno de Special Olympics, Pieonchang, Corea 2013. Participé con el equipo de Hockey sobre piso y gané medalla de plata del nivel 4 de competencia.

Juegos Mundiales de Invierno de Special Olympics, Austria 2017. Participó con el equipo de hockey sobre piso y gano cuarto lugar del nivel 2 de competencia.

El mejor momento en mi vida dentro de Special Olympics es haber conocido a mi máximo ídolo, el multi medallista, el nadador Michael Phelps. Conviví con él y recibí consejos para mejorar mis técnicas de nado, lograr más confianza y preparar mis competencias.

Hoy compito en natación y hockey sobre piso. Además, en Special Olympics desempeño el rol de Atleta Líder en su comunidad, dando pláticas de sensibilización a las personas y sobre todo a estudiantes de preparatoria, animándolos a cambiar su actitud y los oriento sobre cómo tratar a las personas con discapacidad y la forma correcta de dirigirse a ellas.

Mi mamá también es parte de mis logros. Es Directora Voluntaria del Subprograma Special Olympics México, Subprograma Baja California. Ella organiza, conduce y promueve entrenamiento deportivo y competencias atléticas de Special Olympics.

Acerca de:

Special Olympics es una organización de la sociedad civil que integra a la sociedad a personas con discapacidad intelectual para que puedan alcanzar su potencial físico y mental, dentro de un marco de respeto, aceptación y equidad, apoyando a sus familias y sirviendo como puente con otras instituciones. Visitar Special Olympics Mexico

 

Te invitamos a difundir los éxitos de las organizaciones de la sociedad civil. Envía historias de OSC a alejandra.gonzalez@cemefi.org

Historia de éxito de la organización Cántaro Azul. Testimonio de Rosa Pérez López.

En la temporada de sequía, no hay dónde encontrar agua. Es muy difícil cuando se nos acaba el agua. Pero tenemos un almacenamiento, así es como nos ayuda a tener y tomar un poco de agua.

Es muy difícil cómo fueron pasando los tiempos, complicado para nosotros. Donde hay algunos pozos, ahí es donde llegamos a cargar el agua. Algunos están muy lejos. A veces encontramos agua, y a veces no.

Cuando el Ayuntamiento construyó el tanque de almacenamiento de agua, no quedó bien. Cuando llegó Cántaro Azul, ellos nos explicaron cómo podemos cuidar el agua. Ahora el agua está muy bien.

El agua viene y el tubo vienen de arriba, pero el agua se transporta con la manguera y hasta acá se vuelven a colocar. Los de Cántaro Azul lo realizaron. Cuando vinieron los trabajadores, tanto el patronato y los habitantes de la comunidad, compusieron los tubos, y pusieron un estanque.

En los pasados meses de marzo y abril solo nos abasteció un tubo. De los tubos que hay, solo nos ayudó uno, porque aquí se secó por completo.  Donde vienen las dos mangueras de arriba, no se secó; sigue permaneciendo el agua, así como ahora. La tapa es nueva, al igual que la válvula.

Vamos a cuidar el agua porque nosotros ya hemos quedado como responsables. Si no lo hacemos, ¿quién más viene a componer en dos, tres años? Si se acaba esta organización, no va a haber alguien más que venga a componerlo.

Nos pusimos de acuerdo los habitantes de la Comunidad Guadalupe Jaguala para tapar el ojo de agua y evitar que entren basuras. Ahora, aquí en la captación del agua está muy bien, ya no le entra basura. Por eso ahora el agua está limpia.

Cuando hay patronato de agua, es quien organiza. Junta a las personas para ver y hacer lo que se tiene que realizar. Desde hace mucho que no tenemos agua. Fue muy difícil para nosotros porque no tenemos dónde tomar el agua.

Cuando empezamos con los de Cántaro Azul, nos dio un sistema para desinfectar el agua que son de los pozos. El primer trabajo que empezamos a realizar fue sobre las mesitas. Primero nos enseñaron a desinfectar el agua que tomamos. Nos juntamos como mujeres para juntarla. Los hombres todavía tienen mucho trabajo después de esto. Siento que estamos creciendo y no nos estamos haciendo para abajo.

Cuando traigo el agua desde la llave, aún no está desinfectada. Cuando llega mi agua, lo almaceno en una cubeta para traerlo en la cocina. Luego, lo deposito en otra que tiene como un colador.

Todo lo que se puede preparar en la cocina gracias al agua. Si no encontráramos agua, nos morimos de sed, porque el agua siempre se necesita a donde quiera. Aunque lleves tu bola de pozol sin preparar, pero si no encuentras agua, no puedes hacer nada. Aunque quieras cocinar maíz o preparar alimentos, no logras hace nada sin el agua.

Cuando convocamos a reunión, las personas más o menos llegan,  como que van animando sus corazones, ¿por qué? Porque ya vieron este primer trabajo. Muchas gracias a Cántaro Azul, porque están viendo nuestras comunidades y no es para ustedes. Es una necesidad de nuestra comunidad.

Mujer limpiando agua
Cántaro Azul enseñó a las mujeres de la comunidad chiapaneca a filtrar el agua del río

Historia de éxito de la OSC Cuenta Conmigo. Testimonio de Blanca Delia, mamá de un adolescente trans

Mi nombre es Blanca Delia. Soy mamá de un chico trans de 13 años, su nombre es Alexander Enríquez y soy profesora.

Hace 5 años yo creía que la diversidad sexual era el resultado de una elección personal, y aunque siempre me he considerado muy respetuosa con respecto a estos temas, la verdad es que sabía poco  y en verdad estaba convencida de que era una elección personal.

Descubrir que mi hijo es una persona LGBT

Apoyar a mi hijo significó un gran reto y la verdad es que al principio lo viví con un poco de miedo porque no comprendía lo que estaba ocurriendo. Incluso, debo aceptar que en algún momento entré en esta etapa de la negación y decía “no, esto no está ocurriendo” o “se le va a pasar pronto”…

Pero después se fue el miedo y empezó a llegar la incertidumbre, y esta necesidad de poder estar a la altura de la situación y poder acompañar a mi hijo en este proceso como él se lo merece. Así que cuando comprendí eso, lo siguiente que hice fue buscar ayuda profesional.

Mi encuentro con la organización Cuenta Conmigo

Deseosa de poder acompañar a mi hijo de la mejor manera posible, me puse a buscar información en internet. La verdad es que fui encontrando de todo. Había información que no me daba mucha confianza, que no sabía de dónde surgía, si era fiable, si era confiable.

Así que pues, bueno empecé a generar algunos filtros; y así fue como llegué a Cuenta Conmigo. Efectivamente, corroboré, comprobé, que era una institución seria, que cuenta con profesionales que nos acompañan a vivir este proceso de duelo, a poder identificar estas ideas limitantes que tenemos nosotros los papás muchas veces.

Y que en el momento en el que nosotros podemos trabajar eso, nos convertimos en una mejor versión de nosotros para poder ofrecer a nuestros hijos y que ellos vivan el proceso como necesitan.

El antes y el después de conocer Cuenta Conmigo

El antes y el después para mi fue muy importante. Al principio, la verdad es que tenía un poco de miedo. Tenía algunos prejuicios, tenía algunas ideas limitantes que de pronto no me dejaban desenvolverme de la mejor manera o como yo esperaba con mi pequeño.

Pero en la medida en que fui tomando el taller, estas dudas se fueron disipando poco a poco. Estos miedos se fueron disipando también. Y entonces, empezaba a encontrar mayor claridad sobre cómo poder educar a mi hijo, cosas que podía hacer. Y eso me dio muchísima paz, muchísima tranquilidad con respecto al proceso que estábamos viviendo como familia. Y yo creo que eso también se ve reflejado en nuestros pequeños.

Mi aprendizaje sobre diversidad sexual

Hoy día yo creo que la diversidad sexual es el resultado de la responsabilidad que han tenido muchas personas para descubrirse. De verdad creo que es un proceso de autodescubrimiento, pero sobre todo, de ejercer su libertad, de asumirse, de expresarse y de vivir su sexualidad sin más límites que el respeto a los derechos de otras personas.

Relevancia de Cuenta Conmigo en mi familia

Lo que el taller significó para mi es como una brújula que pude encontrar  en un momento en el que yo me sentía perdida. No solamente yo, creo que en términos generales la familia, de pronto al no saber qué hacer, el taller para nosotros fue justo eso: una brújula en términos, primero, de normalizarnos.

De poder encontrar incluso otras familias que estaban compartiendo la misma situación. Saber de las experiencias de vida de otras personas, eso nos hizo sentir muchísima tranquilidad. Pero sobre todo, y creo que una de las cosas más importantes, es que ante este desconocimiento del tema y de que nos sentíamos perdidos, pudimos encontrar la mejor manera de poder estar para nuestro hijo, como él lo necesita, y encontrar cosas muy específicas para poder acompañarlo.

Historias y participación en Cuenta Conmigo

Cuenta Conmigo es una gran red de apoyo que está en constante crecimiento. Cada historia, contada con gran valor por las personas, ayuda a promover el bienestar, la inclusión y el respeto de la diversidad sexual en todo México. Ustedes son muy importantes y nos hacen falta en esta gran red de apoyo. ¿Contamos contigo?

Si eres una OSC, cuéntanos tu historia de éxito. Escribe un correo a alejandra.gonzalez@cemefi.org para que sea publicada en este espacio.

Fotografía de Blanca Delia, beneficiaria de Cuenta Conmigo
Blanca Delia encontró en Cuenta Conmigo las herramientas para apoyar a su hijo en su proceso

Historia de éxito de La Cima IAP. Testimonio de Alejandra García Durán

Foto de Ale García, graduada de La Cima IAP
Alejandra García es originaria de la comunidad Otomí de Santiago Mexquititlán, Municipio de Amealco, Querétaro.

Soy una mujer joven originaria de la comunidad Otomí de Santiago Mexquititlán, Municipio de Amealco, Querétaro. Ninguno de mis padres finalizó la primaria. Mi padre falleció y mi madre es artesana de la muñeca otomí. Yo soy  la primera mujer de mi familia en finalizar preparatoria y gracias al apoyo de La Cima IAP,  la primera en graduarme de Universidad.

Antes de llegar a La Cima, mi vida era complicada. Cuando llegué a La Cima IAP vivía sola, me sentía sola emocionalmente, tenía problemas económicos, no me alcanzaba para la comida, tenía muy contado el dinero, prefería guardar el dinero para pasajes que comprar otras cosas.

La Cima me ofreció la oportunidad de tener un techo donde dormir, una beca completa, apoyo económico, apoyo emocional y apoyo social. De no haber tenido acceso a La Cima IAP, ya tenía considerado dejar la universidad y volver a mi casa. La organización me ayudó a continuar con sus estudios, a sentirme protegida, a sentirme apoyada.

En la Cima me han apoyado en todos los aspectos para mi bienestar, por ejemplo, durante la pandemia sentí mucho su apoyo a pesar de la distancia, me brindaron las herramientas que necesito para crecer, el programa me ayudó a continuar mis sueños.

Agradezco a La Cima por brindarme todo el apoyo necesario para continuar con mis estudios, sobre todo agradezco los cursos y talleres extra escolares que me han brindado para tener una formación completa. Participar en los talleres de desarrollo humano que me ofrece La Cima ha cambiado mi forma de ver las cosas, ha abierto mi mente a pensar más cosas que no me había preguntado antes, dirijo mis pensamientos y mis acciones en dar lo mejor de mí, perdonándome, perdonando a los demás, amándome y amando a los demás, no cuestiono el comportamiento de los demás y no juzgo sus acciones.

No siempre puedo, pero cuando no lo hago, el simple hecho de ser y estar consciente de que estoy haciendo yo mal conmigo misma y con los demás, hace que reflexione nuevamente sobre que todos tenemos una razón de ser, un pasado conocido y desconocido, cosas que sanar, cosas que descubrir o aprender, y eso hace lo bello de la diversidad humana.

Ha mejorado mis relaciones con los demás, pero sobre todo, conmigo misma. Aún me faltan bastantes cosas por aprender y poner en práctica, pero estoy en total disposición de hacerlo; pues quiero poder sentirme libre.

Gracias al apoyo de La Cima IAP me gradué como Ingeniera Industrial este agosto 2022. Ese mismo mes, fui contratada como Ingeniera de Procesos en una empresa en Querétaro.

Como parte del programa integral de La Cima IAP, desarrollé un proyecto comunitario con el objetivo de mejorar el ingreso y condiciones de trabajo de artesanas Otomíes de comunidades de Amealco, Querétaro, ofreciendo entrenamiento en herramientas de administración y estandarización de procesos de producción de muñecas.

En un video, la propia Alejandra explica su proyecto comunitario. Haz clic en este enlace para ver el video en Youtube.

Conoce la historia de éxito de La Gaviota, el testimonio de Karen Hernández Flores.

Soy la mamá de Alejandro Perrusquía Hernández, exalumno de La Gaviota. La educación de los hijos siempre es una pieza fundamental para el desarrollo. Las herramientas que obtienen en sus primeros años de escolarización son indispensables para ser autosuficientes en un futuro.

Mi hijo desde pequeño asistió a guardería y como era un lugar de cuidado no de enseñanza, no me preocupó que no pudiera comunicarse. Conforme fue creciendo observé que su desarrollo no era acorde a lo que yo veía en otros niños, principalmente en el lenguaje, por lo que después de recorrer varios especialistas y de que me canalizaran a distintas instancias, lograron darme un diagnóstico: autismo.

La información que me iban dando no era del todo clara, lo que sí entendía era que no iba a poder entrar a una escuela de niños sin esta condición. Las opciones que me comentaban conocidos o especialistas no me gustaban; me ofrecían escuelas especiales que no le darían a mi niño lo que necesitaba.  Ellos no conocían a mi hijo y yo lo veía con mucho potencial; un diagnóstico no hace a la persona, sino sus ganas, su motivación….

Me di cuenta que no era una tarea fácil encontrar un lugar adecuado para Ale, donde además de ofrecerme la seguridad de su cuidado físico y emocional, le dieran una educación acorde a sus necesidades; esto hizo que me pusiera a investigar por internet. Por este medio conocí a La Gaviota, una escuela inclusiva que ofrecía trabajar con niños con y sin discapacidad y por supuesto, con la condición de autismo.

Ahí, no solo iba a recibir educación, también me ofrecían un amplio programa terapéutico, que fue lo que más me llamó la atención por la falta de lenguaje de mi hijo. Me dio mucha tranquilidad encontrar una escuela que ofrecía el kinder y la terapia en el mismo espacio, sin tener que buscar por la tarde otra alternativa, a la que se me iba a complicar asistir por ser madre trabajadora.

Pedí informes y opté por inscribirlo. Al principio tenía un poco de pendiente ya que debido a su condición, su lenguaje era muy escaso; y yo como madre me preocupaba que no pudiera comunicarse de manera adecuada. La Gaviota fue y seguirá siendo una excelente Institución que hizo un gran cambio en Alejandro y en mi, aprendí a conocerlo mejor, a guiarlo, a estimularlo y fortalecerlo. No solo trabajaron con mi hijo, también lo hicieron conmigo, me dieron herramientas para vivir este proceso educativo y así poder ir acompañándolo en las etapas que vendrán.

Su desempeño fue mejorando conforme iba tomando terapia y clases, un plus que marca la diferencia con otros lugares. Se integró muy bien a su grupo e hizo amigos, el profesor le adecuó el programa a sus necesidades, lo que hizo que fuera consolidando aprendizajes y aprovechando lo que académicamente se le ofrecía.

Le brindaban terapias semanales de manera individual y las retroalimentaciones que recibía de los temas vistos, me ponían al tanto para que yo pudiera apoyar el programa en casa. Poco a poco fuimos viendo cambios en Alejandro, tanto su abuela como yo, su ecolalia fue disminuyendo y se comenzó a comunicar con mayor facilidad. Quiero mencionar que mi mamá también ha sido un gran apoyo, porque sin ella el proceso de Ale hubiese sido más lento.

Hoy en día asiste a primero de primaria en una escuela regular, el Instituto Alfa, que me recomendaron en la Gaviota y que me ofrece seguir en un proceso de inclusión social y escolar; y aunque al principio le costó trabajo adaptarse, hoy en día está contento y tiene las herramientas necesarias para seguir un desarrollo adecuado.

Si no hubiéramos llegado a esta Institución, mi hijo seguramente seguiría en una escuela de educación especial sin los grandes avances que se observan en todas las áreas y sin las oportunidades de crecimiento y desarrollo que esperamos pueda alcanzar.

Continuará acudiendo a terapia de manera externa, sabiendo que ese proceso es progresivo. La constancia y la educación brindada en casa ayudan a que los niños sean mejores cada día.

Como madre, lo que le puedo dejar a mi hijo es educación, herramientas para desenvolverse en cualquier ambiente, haciendo y aprendiendo lo que le guste, para que sea un gran ser humano, pleno y feliz. Estas bases se las dieron en el preescolar, en La Gaviota, etapa fundamental en su vida. ¡Gracias!

Foto de Ale, cuando se graduó de La Gaviota
El niño Ale se graduó de La Gaviota y ahora acude a una escuela primaria regular.

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Como él, muchas personas de la comunidad LGBTI son violentadas por sus preferencias.

Conoce esta historia de éxito del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México.

Juan recibió acompañamiento legal de parte del Consejo Ciudadano tras la violencia física que vivió.

Mi nombre es Juan, soy parte de la comunidad LGBT. Una vez iba en el metro con mi pareja, nos dimos un beso para despedirnos, y un usuario del metro me golpeó.

Por lo cual, jalé la palanca, y pues traté de hacer la denuncia, pero al llegar al Ministerio Público no quisieron tomarla. Vi que había unos folletos del Consejo Ciudadano y mencionaba que había una “línea de diversidad segura”.

Me comuniqué con ellos y me ofrecieron el apoyo psicológico que en ese momento necesitaba por la violencia que ejercieron sobre mi. Y también me brindaron un acompañamiento para que el Ministerio Público realizara la denuncia.

Yo estoy muy agradecido por toda esta parte del proceso, porque muchas veces, por ser parte de la comunidad LGBT, por ser homosexual o por ser lesbiana, eh, nos sentimos solos.

Me sentí ya muy tranquilo. Se procedió. Realmente los abogados fueron muy amables, me explicaron cómo iba a ser todo el procedimiento. Y por eso también la parte psicológica fue muy importante, porque la verdad yo tenía muchísimo miedo de denunciar.

Pero yo sabía que era lo necesario para también ya terminar con esta violencia que se sigue viviendo en México desgraciadamente. Por lo cual, tener esta línea de apoyo yo creo que es muy benéfico para la sociedad. Cuando yo puedo, comparto la línea para que más personas se sientan seguras y podamos vivirnos con diversidad.

Creo que me han brindado mucha seguridad, comparten las emociones y la parte informativa de los derechos humanos. Entonces para mí es muy integral el servicio que brinda el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México.

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“Mamá, por favor quita esa foto mía, porque ahí no soy yo”. Al igual que Karina, muchas mamás no conocen ni siquiera la palabra “transgénero”, lo que les dificulta apoyar a sus hijas o hijos en el proceso de descubrir su identidad. Conoce la historia de César y Karina.

Musas de Metal trabaja a favor de los derechos de la comunidad LGBT y promueve el respeto a la diversidad. Escucha los testimonios de Karina y César.

La organización Musas de Metal y más en específico, sus talleres, han marcado un cambio gigante en mi vida en dos aspectos, la relación y apoyo que recibo de mi madre y el conocimiento y amor que tengo sobre mí mismo.

Esto por la transición que tuvimos mi madre y yo, ya que cuando le dije que era trans, mi madre, después de asimilarlo y digerirlo, reaccionó con completo amor y aceptación; dijo que me apoyaría en todo y que no estaría solo. A pesar de que fue (y es cierto), ni ella ni yo contábamos con las herramientas necesarias para cumplir esas palabras.

Por mi parte me sentía solo, a pesar de tener información y saber que contaba con el apoyo de mi familia y amistades más cercanas nunca me sentía completamente comprendido. Cuando hablaba sobre experiencias o puntos de vista intentaban compararlo con sus vivencias como personas cisgénero, pero eso no me ayudaba o hacía sentir mejor.

Entonces empecé a frustrarme y tener el deseo de conocer a más personas trans para aprender de ellas y tener un espacio en el que pudiera encontrarme en los pensamientos de otras personas. Ese deseo de encontrar un lugar donde yo no sea el diferente, donde no tuviera que explicar y justificar mis experiencias y sentimientos. Por suerte este lugar llegó cuando mi mamá me contó de ‘’Transcribiendo Vidas’’, un taller que impartía Pol a personas trans…¡como yo!, pensé.

César y su mamá hondean las banderas de la diversidad
César y Karina hondean las banderas de la diversidad en el Zócalo capitalino.

Dicho y hecho, estar ahí me creaba un lugar seguro, un lugar lleno de personas donde dejé de ser un ‘’yo, solo’’ y empezó a ser un ‘’nosotres, juntes’’. Aprendí muchas cosas que me permitieron entenderme y amarme como nunca pensé que lo haría.

Por otro lado, mi madre que intentaba apoyarme le era muy difícil entenderme y no la culpo, realmente es un proceso difícil, ni yo mismo lo hacía por completo.

Estaba sola, ahora no podía preguntarle o contarle a cualquier persona porque o no lo entendía o pensaba que mi mamá estaba haciendo algo incorrecto. Por suerte, un día llegó a ella un link, el taller de ‘’Acompañamiento Trans’’ un lugar lleno de familiares de personas trans, donde mi mamá como yo, logramos encontrar ese apoyo y entender mejor todo lo que yo solicitaba en mi transición. Esto nos ayudó mucho a ambos y fortaleció por completo nuestra relación, esto nos hizo muy feliz.

Mi mamá y yo seguimos aprendiendo y recibiendo acompañamiento, ya que hasta la fecha seguimos comprendiendo mejor al otro y a nosotres mismes. Lo que pudo ser una historia de terror se transformó en una llena de aprendizajes, amor, tolerancia, empatía y acompañamiento.

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Historia de éxito de Fondo Guadalupe Musalem- Testimonio de Alma Bemol.

“Nos dijeron que el campo es para los hombres, y nosotras nos la creímos”; recuerda Alma tras graduarse de la Ingeniería.

Mi nombre es Alma Bemol, soy de una comunidad perteneciente a la Sierra Sur del estado de Oaxaca. Me gradué de la ingeniería en Agricultura Sustentable y Protegida por la Universidad Tecnológica de los Valles Centrales de Oaxaca. Conocí al Fondo Guadalupe Musalem y la beca que ofrece durante el último año de secundaria, gracias a un maestro que nos hizo llegar la convocatoria. Decido solicitarla por el apoyo económico, pues sería de gran ayuda para continuar con mis estudios de preparatoria. En ese tiempo mi comunidad no contaba con una preparatoria y para poder seguir estudiando teníamos que salir de la población y eso implicaba gastos de transporte, renta, comida, entre otros. Estudiar una ingeniería y en un área poco común para las mujeres es un reto y a la vez una motivación, el proceso nunca es fácil, pero una va encontrando docentes y compañeros dispuestos a compartir sus conocimientos y a crecer juntos con igualdad.

Al ser becaria del Fondo Guadalupe Musalem me doy cuenta que no solo consiste en un apoyo económico, el Fondo se encarga de brindar conocimientos académicos y para la vida diaria, nos imparten cursos como: sexualidad, liderazgo, fotografía, salud emocional, etc.

Cada becaria tenemos una tutora, que es una persona con muchos conocimientos y siempre dispuesta a ayudar, en temas educativos o personales. Con el paso del tiempo mis compañeras becarias se convirtieron en mis amigas, ellas son de diversas regiones de Oaxaca y a través de ellas conozco un poco de sus comunidades, su gente, sueños y otras realidades.

Ahora que soy egresada, me encuentro trabajando en mi comunidad en un proyecto personal, en el que implemento diferentes hortalizas, pero principalmente trabajo el cultivo de tomate cherry. Este cultivo ha predominado siempre en mi comunidad, sin embargo la falta de información ha ocasionado que se vaya perdiendo el interés de las personas, al no tener un buen rendimiento y no poder cubrir con la demanda del mercado.

Lo que busco con este proyecto es poner en práctica mis conocimientos y motivar a las personas porque sí se puede generar ingresos económicos en el campo, si se tiene una planeación adecuada, ser constantes y aprovechar los recursos de la comunidad de una manera responsable.

Fondo de Becas Guadalupe Musalem

Fue creado en el año 1995 por el Grupo de Estudios sobre la Mujer Rosario Castellano, tiene por objetivo contribuir a que jóvenes oaxaqueñas de escasos recursos económicos con excelente promedio y vocación de servicio comunitario puedan realizar sus estudios de bachillerato.  Debido al crecimiento de este proyecto, en enero de 2012 el Fondo se constituyó como una asociación civil bajo el nombre de Fondo Guadalupe Musalem A.C. Visita su página, www.fondoguadalupemusalem.org

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Foto de Alma cuando se graduó de su carrera de Ingeniería.
Alma, en la ceremonia de graduación.

Historias de éxito de Qué y Cómo. Testimonio de Sharon Lima.

Hola, soy Sharon Lima y soy estudiante de cosmiatría. Tengo 2 hijos, una niña de 2 años y un niño de 3 meses.

Recientemente conocí Qué y Cómo gracias a un curso que se llama “Cómo nace una mamá”. Realmente es un curso maravilloso, lo recomiendo muchísimo, a mí me encantó y me sirvió de mucho. Descubrí que una mamá tiene derecho “a regarla”, tiene derecho a crear, tiene derecho a educar, y tiene derecho a hacerlo de la manera que pueda. De hecho, nadie nace sabiendo ser una mamá. Sin en cambio, una mamá nace cuando te preocupas por tus hijos, y eso lo descubrí en este curso.

Cuando eres feliz, respetas. Cuando eres feliz, tienes tolerancia. Cuando estás feliz, puede pasar el mundo y tú puedes estar simplemente diciendo y admirando lo que pasa. Puedes ser feliz al ver en una ventana y decir ¡Wow, se ve la luz increíble! Y eso es lo que Qué y Cómo hace.

Qué y Cómo hace que las mujeres puedan abrir sus ventanas y decir: ¡Hoy el día está hermoso! ¿Por qué? Porque les dieron seguridad, porque les dieron confianza, porque nos acercaron a una mujer que yo…en mí, y en mi perspectiva, no conocía. Yo no conocía a esa Sharon valiente, a esa Sharon empoderada, a esa Sharon que dice: ¡Wow, estoy bien en mi vida!

Vengo de vivir una situación de violencia donde el papá de mi hija me la quería quitar, y me empujaba, y hacía cosas como para que yo pudiera perder a mi bebé. Vengo de una situación donde una mamá me obligaba a estar con una persona porque simplemente “era el hombre”. Incluso, mi mamá decidió sacarme de su casa para meterlo a él, porque “él es el hombre”. ¡Tanto es así el machismo!

Qué y Cómo A.C.

Impulsa el bienestar emocional de madres y cuidadores de niñas y niños pequeños, principalmente aquellos en la etapa de la primera infancia, para que mejoren sus condiciones y calidad de vida y las de sus familias. www.queycomo.org

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Foto de Sharon Lima
Sharon relata que se descubrió como una mujer empoderada gracias a Qué y Cómo.

Historias de éxito de la Fundación Hospitales Civiles de Guadalajara. Testimonio de Fátima, mamá de Javier.

Javier nació el día 21 de julio del 2021. Hasta ese momento no sabíamos nada de la condición de nuestro hijo. Le hicieron un estudio ya que no podía respirar solito y le detectaron una cardiopatía congénita, una transposición de las grandes arterias. Fue un momento muy difícil porque nació en el hospitalito de Zapopan y ahí no tenían lo necesario para atenderlo.

Fue algo muy difícil porque no teníamos idea de todo lo difícil que se venía en ese momento. Le solicitan a mi novio un medicamento para que el niño pudiera seguir vivo, prostlanglandina, del cual no nos dijeron el precio ni cuántas se necesitarían, solo que en ese momento era urgente para que pudiera seguir mi hijo con vida.

Se solicitó el medicamento. Cuando llegó, el costo por una sola ampolleta fue de 26 mil pesos, dinero que se consiguió en el momento. Así que de ahí dijeron que necesitaría una ampolleta cada 12 horas para que pudiera seguir con vida. No contábamos con la ayuda de nadie, estábamos solosy desesperados. Al transcurso de las horas nos dijeron que se tenía que trasladar al niño a otro hospital porque necesitaba una cirugía de emergencia.

El día 22 de julio se consiguió de una y otra forma una ambulancia especial para poder trasladar al niño de hospital, pero cuando iba a ser trasladado cayó en paro…se fue por 3 minutos. Gracias a los médicos y paramédicos lo hicieron volver. Rápido lo trasladaron de de hospital y ahí comenzó otro gran reto para el bebé y para nosotros, como padres.

Nos solicitaron más ámpulas de prostlanglandina, no teníamos dinero, no conocíamos a nadie quien nos ayudara y el tiempo estaba contra reloj. Vueltos locos, conseguimos (entre familiares y amigos) ayuda económica para poder comprar más ámpulas. El niño comenzó a necesitar más el medicamento y ahora eran cada 8 horas las ámpulas. Fue una desesperación horrible el no poder hacer nada, no tener dinero ni ayuda, porque ya todas las personas que nos habían ayudado ya no podían ayudar más económicamente.

Logramos contactarnos con el señor Salvador Jiménez Lozano, quien nos ayudó muchísimo en proporcionarnos orientación y ayuda económica, ya que tenían que operar al niño a corazón abierto y nosotros no teníamos dinero para rentar un aparato que era necesario. Dada la situación, nos acercaron a la Fundación Hospitales Civiles de Guadalajara, a la que estamos totalmente agradecidos, ya que gracias a ellos nos ayudaron a rentar el equipo necesario para que pudieran operar a mi hijo. El día 7 de julio del 2021 a las ocho de la mañana, entró a cirugía, la cual duró casi 9 horas. Gracias a Dios nos permitió que saliera bien de la cirugía y estuvo en recuperación por un mes en el hospital en UCINEX. En ese lapso se enfermó, le dio una enfermedad de la sangre, de la cual no nos daban esperanzas… después de todo lo que había sucedido, teníamos una prueba más.

Logró salir de la infección y se contagió de otra infección en la sangre, por lo cual lo pasaron a piso de infectología, en el mismo Hospital Civil viejo, en el piso 10. Ahí estuvimos un mes, en el cual, por el paro que tuvo, le generó unos coágulos en la cabeza, se taparon sus ventrículos y ahora necesitaba una cirugía para ponerle una válvula de derivación, ya que le dio hidrocefalia adquirida.

Gracias nuevamente a la Fundación, lograron ayudarnos una vez más a que por medio de ellos se comprara la válvula, ya que no contábamos con recursos. Mi hijo fue operado el día 18 de septiembre y lo dieron de alta el 19 de septiembre del 2021.

Hasta el día de hoy mi hijo se encuentra en atención médica constante con cardio pediatría, tórax, neuro cirugía pediátrica, neuro pediatría y tiene cuidados médicos por fuera, también cardiólogos.

Yo y mi novio estamos muy agradecidos por todo el apoyo que nos brindó la fundación, ya que sin ellos nos sería posible que nuestro hijo estuviera aquí con nosotros. Gracias al señor Salvador Jiménez Lozano, quien fue la primera persona que nos contactó y nos ayudó en todo este largo camino.

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Los papás de Javier están felices por el apoyo recibido por la Fundación.
Foto del bebé Javier, apoyado por la Fundación Hospitales Civiles de Guadalajara.
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